Maratón de Zaragoza 2009

Entrenamientos y objetivos

Tras el IM de Lanzarote de Mayo, me apetecía entrenar algo que no supusiera un desgaste familiar, profesional ni deportivo demasiado alto. Al quedarme sin plaza para la travesía a nado entre Tabarca y Santa Pola, centré todos mis esfuerzos en la Maratón de Zaragoza.

Me descargué del Runners un plan de 17 semanas para bajar de 3h30, que consistía básicamente en correr 4 días a la semana, metiendo un par de sesiones de fuerza entre medias. Bastante asequible. De los 68 días de entrenamiento he fallado tan sólo 5 (cumpliendo el 92,65%), y lo más importante es que desde el principio, puse un puntito más de exigencia para acercarme a 3h20. Con menos de 7 horas a la semana he tenido suficiente. En total 776 kilómetros, 46 a la semana.

955 abdominales semanales de media y mucho tríceps para recuperarme de la lesión del codo por prescripción facultativa. Como digo todo fácil en cuanto a la cantidad. La calidad también fue buena desde el principio, y en esa adaptación de planes me puse como objetivo hacer los rodajes entre 20 y 30 segundos más rápidos que lo preestablecido. Igual con las series. La verdad es que la base del Ironman me ha servido para no lesionarme.

Pasaron las semanas, y todos los tests previos me indicaban que podía estar rondando las 3h18, siempre y cuando se diera todo bien, claro que en los 42,195, es mucho pedir.

La semana de la prueba.

Javi, con un par, y demostrándome una vez más su amistad, se apunta conmigo con el handicap de haber corrido en NY tan sólo hace 3 semanas y sin un objetivo claro. Rozó el sub 4h a pesar de todo. Muy bien!

Pepa y Ana deciden acompañarnos con las 4 niñas, así que todo cambia radicalmente para bien. Arreglamos las reservas de los hoteles y los restaurantes, y con una ilusión desbordante cogemos carretera y manta y todos para Zaragoza.

El fin de semana ha estado de lujo. Nos dio tiempo para ver el Pilar y llevarnos una grata sensación de una ciudad preciosa, con anchas avenidas, muy limpia y con el encanto del río Ebro.

Incluso Sofía, que ha pasado todo el fin de semana a base de Dalsy se ha portado como una campeona.

En fin que este turismo deportivo y familiar me ha enganchado, y espero poder repetir muchas veces incluso con objetivos menos exigentes.

La estrategia

Cuadriculado que es uno, tenía perfectamente definido mi objetivo para hacer 3:18 corriendo a 4:42 el kilómetro. Sin embargo, Jaime me deja un comentario en el blog donde sugiere un paso de la media a 1h37. Nos cruzamos varios correos el viernes por la mañana, él desde Tailandia, y me recomienda ir a por 3h16, pasando la media en 1h38 y corriendo a 4:39. Con tu permiso Jaime, pongo una frase que desde ahora hago mía: “si algo me ha enseñado la vida es que las satisfacciones logradas con facilidad son efímeras”

Domingo 22 de noviembre

Me levanto a las 6:00 y desayuno lo de siempre en estros últimos meses “paleodiéticos.” Leche de soja sabor chocolate, 2 plátanos y una pera. Visito al Sr. Roca (y hasta 6 veces antes de la carrera), y me vuelvo a tumbar en la cama. Finalmente habíamos modificado el plan inicial de dormir Javier y yo en habitaciones separadas para evitar posibles ronquidos. Tengo que decir que descansé sin problemas hasta las 5:00 donde empezó el ronquido “hipohuracanado”, (Ana eres una santa). Pero vamos, que sin problemas mayores.

Esperábamos nubes y viento, y no acertó ni el tato. Llovió por la noche levemente, sin dejar charcos, y amaneció un día radiante de sol con temperaturas entre 12 y 18 grados.

Había decido salir con el chaleco del A6 y con manguitos, pero ya en el calentamiento previo me doy cuenta de que me sobraría.

También llevo el cinturón de hidratación con el que he salido en estos últimos 4 meses, y que ya casi es una parte de mi cuando corro. 7 geles con cafeína con un aporte de 616 calorías totales.

Calentamos, me despido de Javi deseándole suerte y me meto en mi cajón sub 3h30. Busco a Pepa y a las niñas pero no les veo. Una pequeña avería en el cronómetro del arco de salida retrasa el momento unos pocos minutos. Tensión y comienza la carrera.

A unos 100 metros les veo en el lado izquierdo, me coloco y con una gran alegría les saludo. Le tiro los manguitos a Ana porque no los voy a necesitar.

Los primeros 3 kilómetros los hago muy controlados por detrás del globo de 3h30. Volvemos a pasar por meta y de nuevo saludos. Que gusto da correr los primeros kilómetros de una Maratón. Fáaaaacil! De nuevo un bucle de 4 kilómetros para volver a pasar por meta. Ahora las chicas han cambiado de lado, así que otro pequeño subidón que me anima mucho porque voy como si nada en el kilómetro 7.

En términos de sufrimiento había previsto la carrera en 2 mitades. Hasta la media correr en 1h38, esperando no tener problemas, y de ahí a meta donde empezaría la verdadera carrera. Sin embargo, un acontecimiento inesperado cambia repentinamente todo lo planificado durante semanas. Bajando hacia el Ebro, en el kilómetro 8, me adelanta un triatleta del Elche Triatlón Club, Javier Gomariz, que me anima. Se pone en paralelo y nos ponemos a charlar. Coincidiendo con que Pepa es de Elche, se crea un vínculo que nos tiene entretenidos durante 4 kilómetros hablando de material, de su próximo IM de Frankfurt, y de mil cosas más. Le digo que voy a 3h18, y que tire, pero él está entrenando y no le importa ir a mi ritmo. Me dice que en cuanto note alguna molestia se parará. Eso me dijo, porque la verdad es que desde ahí hasta el kilómetro 30 fuimos juntos, haciendo una media de 4:29 el kilómetro. Pasando la media en 1:36:30. Menuda calidad tiene!

Muchas gracias Javi. Fue un auténtico placer.

Por cierto que en el paso por la media me saludó Macario y me alegró mucho verle entero. Una lástima que su lesión no le haya dejado terminar.

Voy muy bien hasta el 30, pero desde ese punto hasta el 40, me ocurre una cosa curiosa; empiezan los calambres en los brazos. Nunca me había pasado antes. Nos es que importara mucho, pero el cuerpo me estaba avisando de algo que en ese momento no supe interpretar.

En el kilómetros 40 marco un tiempo de 3:01:00, lo que me pone sub 3h10 en la meta. Veo a Pepa, a Ana, a las niñas, que alegría, no han parado de moverse durante toda la prueba.

¡Pero ay!, ingenuo de mi, el Maratón es duro, y nunca sabes cuando te puede llegar el mazazo. Me las hacía muy felices cuando noto un pinchazo en el gemelo derecho. Veo un chico con Reflex y me paro para que me ponga en ambos. A los 300 metros el se me sube el izquierdo. Paro, estiro. Otros pocos metros y esta vez es el isquio derecho. Entro en barrena. No puedo ni correr. Constantemente se me van agarrotando los músculos. Me planteo que no voy a llegar ni andando a meta, pero poco a poco empiezo a andar, y luego a correr muy despacio. Tardé 15 minutos y 17 segundos en hacer los 2 kilómetros y 195 metros finales. De nuevo Pepa, Pau y Sofía en meta y me abrazo a ellas. No estaba muy cansado, pero si dolorido.

Tiempo final 3:16:17.

Gran fin de semana.Estoy muy contento por el tiempo, aunque he rozado una marca que yo creía inalcanzable. Pero lo más importante es que se me ha picado la bicha que transmite la enfermedad del running. Me encanta correr, y sobre todo maratones. Prometo volver, para intentar nuevos retos.
Tras la carrera me ducho rápido en el Hotel y llego justo cuando Javi está entrando. Luego viene la comida, el buen rollo, y liberar tanta tensión acumulada durante días.

ÁNIMO EQUIPO!