Casi todo el pescado vendido

Poco a poco se va acercando el final de esta larguísima temporada que comenzó con la preparación para el IM de Lanzarote (31 semanas), y que terminará el próximo 22 de noviembre en Zaragoza tras otras 17 semanas de entrenamiento específico.

Por el camino han quedado infinidad de vivencias, experiencias únicas, sinsabores sacrificios, pero en síntesis una época de mi vida absolutamente especial e inolvidable.

En cuanto al 2º gran objetivo de la temporada, las cosas están saliendo a la perfección. Apoyado por un plan de entrenamiento descargado del Runners, y adaptándolo cada semana en función de mi estado de forma, he conseguido modificar ligeramente mi planteamiento inicial que consistía en hacer un sub 3:30:00. Poca natación y menos bici, pero más sesiones de fuerza en el gimnasio y un trabajo centrado en el running, sin perdonar ni un solo día de calidad.

En el camino quedaron los 10 kilómetros de Illescas en 41:37 (a 4:11). Pedrito, que se enfundó sus mejores galas y me acompaño (y sufrió) en el evento.

Para mi nivel, esta fue la primera gran alegría en cuanto a conseguir un resultado muy superior a los entrenamientos….que casi siempre son a tope. Llegué a meta con la sensación de haber dado un gran salto, pero con la incertidumbre de pensar si llegaría a adaptar esa velocidad a una distancia más larga, en su justa proporción claro.

Afortunadamente, las lesiones me están respetando, y ya no recuerdo mis problemas de abductores o las molestias en la fascia plantar. Es cierto que hace 14 semanas cambié de “neumáticos”, adaptando mis plantillas en unas Diadora una talla mayor que las Nike que solía usar y el resultado ha sido muy bueno. Ya casi no pierdo uñas ni tengo rozaduras entre los dedos.

La semana se divide en 4 sesiones de carrera y 2 o 3 de gimnasio donde suelo sumar unas 1200 abdominales. 1 día de series y otro de tirada un poco más larga, siempre con ritmos progresivos. Para el próximo maratón prometo hacer alguna que otra sesión de técnica, que tengo la sensación de ir pisando huevos y perdiendo eficacia en la zancada.

Antes del test de 2x6000 que haré la semana que viene, como última prueba para “marcar” el ritmo al que correré en Zaragoza, tenía este pasado domingo la Media de Villaverde.

Fui un poco acojonado porque había leído que terminaba con una cuesta de infarto, y lo cierto es que si uno se colocaba en la línea de salida y miraba al frente, podía ver un gran desnivel hasta llegar al Manzanares, pero claro, ni la bajada fue en línea recta, ni tampoco la subida.

El circuito me encantó en su primera mitad, bordeando el rió en un ida y vuelta de 10 kilómetros. Pasé el kilómetro 10 en 42:20, que puede parecer un poco alto para mi, pero hay que tener en cuenta esa bajada de la que hablaba. Desde ahí hasta el final, a sufrir por un recorrido urbano con algún repecho durillo. Muy atento al crono, quitando 3 kilómetros (15, 18 y último), donde corrí a 4:30, casi todos los demás fueron por debajo de 4:20. Del 10 al 20 en 43:30 que sigue estando muy bien para mi. Y finalmente crucé la meta en 1:30:05, es decir corriendo a una media de 4:16. La verdad es que me pareció un circuito nada llano, y le doy mucho valor a mi marca.

Ahora habrá que ver si se cumple esa regla del 2x marca de medio + 10% = marca de maratón. En mi caso me supondría terminar en 198 minutos (180+18), es decir 3:18:00.Para eso tendría que correr a 4:42 de media. ¿Lo intentamos? Yo creo que SI.

ÁNIMO EQUIPO!